Era de noche, la hora perfecta para cazar, pero esa vez era extraño, no se encontraba nadie por las calles y no lograba oír ni un sonido. Me sentía mal porque no encontraba ninguna presa, aun así no me importaba, sabía que si entraba en una casa podría comer todo lo que quisiera.
Espere demasiado, hasta que me harte. Hambriento y enloquecido salte hasta la puerta de la primera casa que vi y cuando estaba por arrancar la puerta, escuché el ruido de una pisada en las cercanías, por eso fui a investigar…
Espere demasiado, hasta que me harte. Hambriento y enloquecido salte hasta la puerta de la primera casa que vi y cuando estaba por arrancar la puerta, escuché el ruido de una pisada en las cercanías, por eso fui a investigar…